El Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha acusado a tres individuos, acusándolos de orquestar el supuesto ciberataque de Irán dirigido a la campaña presidencial de Donald Trump. Los cargos revelan una operación extensa que tenía como objetivo robar información sensible de funcionarios actuales y anteriores del gobierno, así como socavar la confianza en el proceso electoral de Estados Unidos.

Según la acusación, Masoud Jalili, Seyyed Ali Aghamiri y Yasar Balaghi desempeñaron roles clave en un esfuerzo de pirateo de gran alcance. Esta campaña apuntaba no solo a funcionarios estadounidenses, sino también a campañas políticas, personal de los medios y otros. Se dice que la operación formaba parte de la estrategia más amplia de Irán para crear división, erosionar la confianza en las elecciones estadounidenses y obtener información sensible que podría beneficiar al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán.
El FBI ha estado investigando esta actividad desde junio, enfocándose en correos electrónicos de phishing enviados a miembros del personal de la campaña de Trump y a otras personas cercanas al expresidente. Estos correos electrónicos permitieron a los piratas informáticos acceder a comunicaciones personales, incluidas las de Susie Wiles, una alta funcionaria de la campaña.
El Fiscal General Merrick Garland abordó el tema más amplio de la interferencia extranjera durante un discurso, destacando los continuos esfuerzos de Irán, Rusia y China para entrometerse en las elecciones estadounidenses a través de ciberataques y campañas de desinformación. Garland enfatizó que solo el pueblo estadounidense determinará el resultado de las elecciones, no actores extranjeros.
Los cargos presentados por el Departamento de Justicia reflejan la estrategia continua de los EE. UU. de identificar públicamente y responsabilizar a los piratas informáticos extranjeros, incluso cuando la extradición es poco probable. En la última década, los Estados Unidos han utilizado frecuentemente tácticas de “nombrar y avergonzar” a piratas informáticos de países como Rusia, China, Irán y Corea del Norte.
Si bien las autoridades estadounidenses no han visto una infiltración exitosa en las cuentas de correo electrónico del personal de la campaña de Biden-Harris, la investigación continúa, con pruebas que se están recopilando sobre el alcance de los esfuerzos de Irán. Los ataques de phishing incluyeron correos electrónicos que suplantaban a fuentes confiables para engañar a los destinatarios y hacer que proporcionaran información sensible.
Matthew Olsen, jefe de la División de Seguridad Nacional, advirtió recientemente sobre la creciente agresividad de la interferencia extranjera, particularmente de Irán, a medida que se acercan las elecciones de 2024. Se considera que las operaciones cibernéticas de Irán en este ciclo son más intensas, ya que Teherán ve el resultado de las elecciones como crucial para sus intereses de seguridad nacional.
En colaboración con grandes empresas tecnológicas como Google y Microsoft, el FBI ha estado trabajando para contrarrestar estos esfuerzos, identificando campañas de phishing que apuntan a figuras clave en ambas campañas presidenciales. Las tácticas de Irán no son nuevas, ya que el país intentó interferir de manera similar en las elecciones de 2020, junto con Rusia, que también continúa participando en ciberataques.
La investigación sigue en curso, con el FBI trabajando activamente para prevenir más intentos de interferencia extranjera en las elecciones de Estados Unidos.