En una escalada significativa del conflicto en Medio Oriente, Irán lanzó una serie de misiles contra Israel mientras las fuerzas israelíes continúan combatiendo a militantes palestinos en Gaza y al movimiento libanés Hezbolá. Este ataque con misiles marca un giro dramático en las ya intensas tensiones regionales.
El portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Daniel Hagari, confirmó el ataque, declarando: “Hace poco tiempo, se lanzaron misiles desde Irán hacia el Estado de Israel”. Instó a los ciudadanos israelíes a mantenerse alerta y seguir las instrucciones de la Comandancia del Frente Interno, destacando la importancia de dirigirse a espacios protegidos de inmediato.

Hagari aseguró al público que los sistemas de defensa aérea de Israel estaban detectando e interceptando amenazas activamente, pero reconoció que la defensa no es completamente hermética. “Es posible que escuchen explosiones, que podrían ser el resultado de intercepciones o impactos”, advirtió.
Tras el lanzamiento de los misiles, sonaron sirenas en todo Israel, lo que llevó a los civiles a buscar refugio. Videos que circulaban en línea mostraban interceptores israelíes disparando hacia el cielo en respuesta a los misiles entrantes. Las FDI informaron que los ciudadanos a nivel nacional se refugiaron en los refugios antibombas, con alertas rojas emitidas en todo el país.
El ataque con misiles fue confirmado más tarde por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI). El CGRI afirmó que los misiles tenían como objetivo importantes sitios militares y de seguridad israelíes en respuesta al asesinato del jefe del Buró Político de Hamas, Ismail Haniyeh, en Teherán en julio. El CGRI declaró que el ataque también fue una represalia por las crecientes operaciones militares israelíes en Gaza y Líbano, las cuales, según Irán, cuentan con el apoyo de Estados Unidos.
En una declaración posterior al ataque, la Misión de Irán ante las Naciones Unidas justificó el lanzamiento de misiles como una respuesta “legal, racional y legítima” a lo que denominó “actos terroristas” de Israel, citando el ataque a ciudadanos iraníes y violaciones de la soberanía de Irán. El CGRI se refirió al ataque como un acto de autodefensa ante la agresión israelí.
El conflicto entre Israel y las fuerzas respaldadas por Irán se ha intensificado en las últimas semanas. Días antes del ataque con misiles, Israel llevó a cabo un ataque aéreo en el sur de Beirut, matando al secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, y al general de división del CGRI, Abbas Nilforushan. Este ataque siguió a casi un año de crecientes tensiones y acciones militares transfronterizas entre Israel y Hezbolá, un grupo militante respaldado por Irán en el Líbano.
La situación sigue siendo extremadamente volátil, ya que ambas partes se preparan para posibles acciones de represalia. Irán ha advertido contra cualquier represalia israelí, mientras Israel continúa enfocándose en la protección de sus ciudadanos en medio de crecientes amenazas de seguridad en la región.
A medida que el conflicto se profundiza, la atención internacional se centra en la posible escalada entre Irán, Israel y sus respectivos aliados, lo que genera preocupaciones sobre una inestabilidad regional más amplia.